divendres, 11 de maig del 2018

La falta de gravetat afecta seriosament la salut.


Si us pensàveu que la falta de gravetat era com un joc i que els astronautes no feien més que fet voltes a l'espai, us equivoqueu. La ingravidesa és un assumpte molt més delicat i preocupant per la salut.

Us deixo aquí alguns fragments que donen idees de com afecta a la salut la falta de gravetat.

Las uñas se caen
Los guantes del traje espacial son muy pesados y voluminosos, y por tanto, afectan directamente a las uñas de los astronautas. Estos oprimen tanto los dedos que acaban cortando la circulación, al mismo tiempo que una potente presión oprime la punta de cada uno de los dedos. Por esta misma razón, sus manos acaban llenas de rozaduras, ampollas y la progresiva caída de uñas.

Algunos astronautas han llegado, incluso, a arrancarse las uñas antes de iniciar su viaje
para evitar que les provoquen heridas y una posible infección. 
El corazón también cambia
Tras largos perísodos de tiempo viajando por el espacio, el corazón de un astronauta se vuelve casi un 10% más esférico. Esto se debe, según las pruebas realizadas por expertos, a la exposición a períodos extensos de microgravedad. Esto se convierte en un problema, ya que puede derivar en dificultades cardíacas.

Los astronautas crecen
El descenso de la presión sobre la espina dorsal por la ausencia de gravedad hace que la estatura de los astronautas aumente aproximadamente unos 5cm.

El sueño se trastoca
Dormir en el espacio exterior es todo un reto, puesto que el Sol sale y se pone aproximadamente cada 90 minutos.

EFECTOS FÍSICOS:
La gran diferencia de vivir en la Tierra, donde el cuerpo está acostumbrado a sentir la fuerza de la gravedad tirando de él hacia el suelo, en el espacio hay ausencia de fuerzas, por lo que no notamos esa sensación que nos permite mantenernos de pie o tumbados y no flotando como ocurre a los astronautas. Ésto trae consigo efectos psicológicos, pero también físicos.

A pesar de que el cuerpo sigue trabajando de igual forma, la ingravidez hace que los líquidos de nuestro cuerpo, en lugar de tender a ir hacia las piernas por su peso, se distribuyen por el cuerpo de forma totalmente distinta, repartido de forma parecida entre la parte superior del cuerpo y la inferior. Esto afecta a nuestra fisiología y a nuestros sentidos.



EFECTOS EN NUESTROS SENTIDOS.
Visión: el aumento de la presión ocular, más el líquido en la cabeza y en el torso producen una mejoría en la visión, ya que algunos astronautas aseguran haber visto objetos moverse en la Tierra, los cuales pueden encontrarse a 250 km o más de distancia. Pero como todo, para mejorar esta visión hace falta un período de adaptación. En un primer momento la visión es borrosa. Sin embargo, a largo plazo, la visión empeora debido, tal vez, a que la redistribución de líquidos en la cabeza presiona al glóbulo ocular. 
Olfato: la redistribución de los líquidos ocasiona un estado de congestión nasal, provocando pérdida del olfato y un cambio en el tono de la voz, que pasa a ser nasal. Pero el cambio de voz no es sólo por la congestión nasal, sino porque cambia la frecuencia sonora de nuestras cuerdas vocales. Esta irregularidad desaparece al poco tiempo. 
Oído: en un principio hay un conflicto en la orientación ya que la ingravidez en el sistema vestibular del oído interno, trae consigo confusión y un estado de mareo, vómitos, etc típicos al estar "desmontado" el sistema del equilibrio de nuestro cuerpo. 
Tacto: los receptores del tacto no perciben igual que en la Tierra y por esto los astronautas no pueden coger objetos muy pequeños. 
Gusto: los problemas de difusión hacen que no se perciban bien los sabores, así que, qué más les da como sepan los alimentos y si se tratan de barritas energéticas insípidas como las que estamos acostumbrados a ver en las películas.

EFECTOS FISIOLÓGICOS. 
El exceso de líquidos en la parte superior de nuestro cuerpo origina que los astronauta orinen muchas veces y no beban agua por la sensación de saciedad, lo que trae consigo deshidratación. Además, los intestinos se paralizan y apenas hay defecación. 
Ambos efectos conllevan a una disminución de los glóbulos rojos, blancos, plasma sanguíneo, reticulocitos (células precursoras de los glóbulos rojos) y de la eritropoyetina (hormona que estimula la producción de los glóbulos rojos en la médula ósea).
 
Los pulmones también se ven afectados, ya que se inundan de líquido, siendo uno de los efectos más peligrosos del viaje al espacio. 
Pero el más peligroso, en verdad, es que la redistribución de los líquidos del cuerpo produce un aumento del tamaño del corazón ya que, al principio se necesita más volumen de sangre en cada latido, lo que conlleva a un incremento de la presión y la frecuencia cardíaca, sobreesfuerzo culpable del aumento de tamaño y musculatura del corazón. Por suerte a las 3 o 4 semanas este efecto se estabiliza y el corazón deja de crecer. 
Los huesos ya no tienen que soportar ningún peso en dirección vertical descendente (en el espacio no hay arriba ni abajo) por eso hay un detrimento en la masa del hueso, así como en la de los músculos ya que no hay que hacer ningún esfuerzo para mantenernos de pie (más que nada porque estamos flotando). Así, el calcio innecesario en los huesos se pierde, siendo evacuado rápidamente por el exceso de líquidos expulsados en la orina. 
En el caso de los músculos, es a causa de no realizar grandes esfuerzos para mover pesos ya que lo único que debemos tener en cuenta es que al mover un objeto, nosotros también nos vamos a mover (3º Ley de Newton). Estos dos efectos son muy perniciosos a la hora de volver a la Tierra, pues nuestro cuerpo ha quedado tremendamente debilitado tanto en fortaleza muscular como ósea.


EFECTOS PSICOLÓGICOS. 
Malestar general: obviamente, el introducirse en un ambiente tan diferente, el cuerpo da señales de rechazo, provocando malestar general. Esta etapa es muy importante en la misión y la presión psicológica a la que se está sometido es mucha. Se empiezan a notar los primeros cambios fisiológicos ocasionados por el estado de ingravidez.
 
Euforia: una vez amoldado a esta situación inicial, el astronauta pasa por un estado deeuforia, lógico si pensamos que ha visto por fin cumplido su sueño, y que lo que él ve apenas lo ha visto nadie más en el mundo. La sensación de ser "el rey del mundo" está presente en todos aquellos que han viajado al espacio. Es un estado de gran satisfacción y alegría.
Soledad: estas primeras etapas duran poco tiempo, pues la misión que hay que cumplir es más importante que el disfrute del astronauta. Conforme pasa el tiempo, el astronauta comienza a sumergirse en estados depresivos y de gran tedio. Se vuelven irritables debido al confinamiento en un espacio tan reducido como es la nave. Día a día ven a los mismos compañeros, mismas caras, mismo entorno.... y encima trabajando horas y horas y horas.

También pueden darse situaciones especiales, donde los astronautas en plena misión pierden a algún familiar en la Tierra, accidentes "laborales" durante la misión o la incapacidad de finalizar la misión con éxito, que pueden afectar a su estado anímico y psicológico.

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